miércoles, 9 de febrero de 2011

La familia: protección y estabilidad


La familia es el primer agente socializador que existe en nuestra sociedad. Por ello, adquiere una responsabilidad vital para con los hijos e hijas, en su formación y en su educación. La familia debe garantizar no sólo una formación formal y educativa sino un aprendizaje en valores, de moral y de responsabilidad, que asegure que el día de mañana llegarán a ser adultos con unos pilares sólidos y estables.

Los padres deben enseñar con humildad y con amor, pero con insistencia y perseverancia. Unos padres que no sean perseverantes o que no eduquen con firmeza o con amor cuando sea conveniente, serán unos padres débiles en la formación de sus hijos o hijas. La educación es guiar. Pero, guiar en el tiempo, en las diferentes etapas de la vida. Nunca se deja de guiar, aunque sea en la distancia.

Es importante, que en los primeros años de vida de una persona, se inculquen las primeras normas y los primeros valores, de una forma sencilla y acompañado siempre con el juego, método didáctico por excelencia. El aprendizaje de sencillas normas servirá para que el niño o la niña vaya adquiriendo patrones de referencia del adulto. Si estos patrones de referencia son claros, y son perseverantes, el niño o la niña con el tiempo los adquirirá como naturales y terminará por repetirlos.

En los años posteriores a la infancia, ya casi entrando en la etapa de la pubertad o de la adolescencia, es muy importante, que se empleen otros métodos de aprendizaje, más adecuados a la edad de los jóvenes. Entre los 13 a los 17 años, el joven experimenta cambios físicos y/o psicológicos importantes que en ocasiones influirán en su modo de actuar y de pensar con los demás, incluido con los progenitores. Es importante, ser más flexible que en la etapa de la infancia. El joven es más sensible a ciertos cambios, se muestra más vulnerable y en ocasiones, se sentirá desorientado con el mundo y consigo mismo. Por esta razón, hay que hablarle con respeto, paciencia y mucho amor. Hay que intentar comprender su cosmovisión del mundo y del entorno. Pero, hay que ser firme ante ciertas actitudes o hábitos, que perjudiquen al joven. Debemos mostrarle seguridad y confianza, y apoyarle en los momentos de impotencia y rabia.

La familia debe ser el pilar en el que se sostenga la sociedad. Por eso, debemos ser fuertes, para que el futuro sea mejor. Si mostramos debilidad, nuestros hijos o hijas se harán débiles.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Quiénes somos?

Somos una asociación sin ánimo de lucro y de reciente creación formada por un equipo multidisciplinar que nace con el propósito de orientar y ayudar a las familias en el proceso educativo de sus hijos, potenciando las áreas formativa, afectiva, normativa, psicologica y de ocio, para que se desarrollen en un entorno saludable, responsable y real.